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viernes, 8 de octubre de 2010

Capitulo 7.

Me quede dormida y cuando me desperté eran las 12 de la mañana.
Fui a despertar a Ana pero no estaba. Suponía que estaría abajo asique baje, pero no estaba. Fui corriendo a su habitación, abrí el armario y vi que no estaba ni su ropa, asique baje abajo otra vez a ver qué pasaba. Cuando fui a la cocina a desayunar en la encimera había una cinta de video en la que ponía “Lo siento”. Fui corriendo a la tele y puse la cinta.
En ella salía Ana, en ella decía:
Alicia lo siento mucho, cuando veas esta cinta estaré de camino a Madrid. El motivo es que a mi abuela la han ingresado en el hospital y no me sentía bien quedándome en Londres mientras que ella se estaba muriendo. Quiero que sepas que te quiero mucho y que siento joderte las vacaciones pero por nada del mundo te las jodas tu misma, asique no vengas, quédate ahí bien acompañada con los chicos. Cuando sea el funeral te aviso. Y te prometo que volveré.
Dougie os deseo lo mejor a Alice y a ti, porque yo se que la quieres mucho y que por nada del mundo dejes que la pase nada. Te conozco desde hace poco pero en el tiempo que te conozco confío en ti.
Danny tu siempre has sido el que más me ha gustado pero desde que conozco a todos os quiero a los cuatro por igual. Sigue así y nunca cambies.
Tom desde el día que te conocí supe que eras un tío de puta madre y sé que tú y Gio os queréis mucho y os deseo lo mejor del mundo.
Harry tu… no se qué decir me has enseñado tanto que no se… me has tratado genial. Lo siento, no puedo decir nada más porque se me están saltando las lágrimas.
Solo deciros que sois los mejores, OS QUIERO.
Cuando termine de ver esto se me saltaron las lagrimas solo de ver a Ana llorando y que se iba y no nos habíamos despedido. Fui corriendo a coger el móvil y la llame. No me lo cogía, seguro que todavía estaba en el avión.
No era lo mismo sin ella, ella me hacía sentir de otra manera.
No tenía nada de hambre, se me había revuelto el estomago asique me fui a acostarme.
Cuando me desperté eran las 6 de la tarde y me apetecía mucho bailar, hacía tiempo que no bailaba, desde que vine a Londres.
Me puse un pantalón corto de chándal y una camiseta de tirantes y cogí las puntas.
Yo bailaba ballet desde que tenía 4 años y ya había terminado la carrera. Asique sabia hacer de todo con las puntas.
Las puntas son unas zapatillas especiales que sirven para bailar ballet.
No sabía dónde podía ponerme a bailar asique fui a una de las habitaciones que ni Ana ni yo habíamos ocupado. Estaba vacía, solo había una barra de ballet, parecía hecha esa habitación para mí. Me tire toda la tarde bailando, me sentía bien, me hacia olvidarme de todo, echaba de menos a Ana.

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