Capitulo 1.

Era sábado por la noche y no podía quedarme sin ir a la fiesta de Ana, ya que cumplía 18 años. Iba a ser genial, chicos guapos, bebida… ¿Que más se podía pedir? Mis padres habían salido a cenar por ahí con los padres de Ana, que se conocían desde que mi hermano y la hermana de Ana iban a la misma clase.

Cuando llegue a casa eran las 7 de la mañana y me tenía que ir a dormir porque a las 14:00 salía el avión que nos llevaría a Ana y a mí a Londres durante un año de vacaciones las dos solas.

-Alicia corre despierta que tienes que hacer la maleta y no te va a dar tiempo- dijo mi madre.

Eran las 11 de la mañana, solo había dormido 4 horas y estaba muy cansada.

Cuando hice la maleta nos fuimos al aeropuerto mi madre, mi padre y yo donde nos esperaban Ana y sus padres.

-¿Crees que le va a gustar la sorpresa a Alex?-dije.

-Pues claro tonta, ¿Cómo no le va a gustar si eres su hermana?-dijo Ana.

-Lo sé… pero ya sabes como es mi hermano.

-Si, lo sé pero seguro que le gusta, te quiere-dijo dándome un abrazo.

-Te quiero Ana.

-Yo también.-dijo.

Nos despedimos de nuestros padres y nos dirigimos a la puerta de embarque. Una vez allí entramos en el avión y nos sentamos en los asientos. Yo estaba en el lado de la ventanilla y Ana en el del medio, Ana estaba al lado de una chica rubia, alta y con los ojos azules. Nos dieron de comer pasta y pollo.

Al llegar a Londres llame a mi hermano al móvil, el se creía que yo estaba en Madrid no en Londres.

-Hola, ¿Qué tal por Londres?

-Ey, muy bien un poco de frio, ya que estamos en Otoño, ¿tu que tal por Madrid?

-Bien…-dije con tono sospechoso

-¿Qué tramas Alicia?-dijo mi hermano.

-Nada, nada…

-Bueno vale, te dejo que me voy a la universidad

-Vale, adiós te quiero

-Yo también-dijo mientras que colgaba.

Eran las 5 de la tarde y cogimos un taxi que nos llevaría al hotel.

-Hola, buenas tardes ¿hay alguna habitación libre?-dijo Ana con un perfecto acento en ingles.

-Si, ¿para cuantas personas?-dijo el recepcionista.

-Para dos- dije yo.

-Vale, muy bien esta es la tarjeta de la habitación-dijo el recepcionista mientras que nos daba la tarjeta.

Una vez en la habitación dejamos las maletas en el suelo y nos tumbamos a descansar en las camas, porque solo habíamos dormido 4 horas ya que nos fuimos de fiesta.

Cuando me desperté eran las 10 de la noche, desperté a Ana y nos bajamos al bufet a cenar.

-Puff…-dijo Ana.

-¿Qué pasa?-pregunte curiosa.

-Estoy muy cansada, lo de buscar casa ya lo dejamos para mañana ¿Vale?

 -Si, tienes razón.-dije.