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viernes, 24 de septiembre de 2010

Capitulo 2.

Después de cenar subimos a la habitación nos pusimos el pijama y nos volvimos a meter en la cama.
A la mañana siguiente me desperté y eran las 10:00 de la mañana, cogí la ropa y me fui a la ducha. Cuando salí de la ducha me vestí con unos pitillos vaqueros, una camiseta de hombro caído blanca con rayas negras y unos zapatos. Me seque el pelo y me lo planche, me lo peine con el flequillo hacia el lado y me puse raya y rímel. Cuando termine desperté a Ana que nada mas despertarla se fue corriendo a la ducha, yo la espere sentada en la cama mirando un SMS que me había mandado Alex, mi hermano. En el ponía:
Hoola J Que tal? Yo muy bien aquí en Londres, la universidad es un poco dura pero mola. He conocido a una piva que no veas tu como esta jajaj. Pásatelo muy bien, te quiero.
Ana salió de la ducha ya peinada y arreglada.
-¿Qué haces con el móvil?
-Nada, que Alex me ha mandado un SMS.
-Que bien ¿no?
-Si… pero es que me sabe mal que él se crea que estoy en Madrid cuando en realidad estoy en Londres.
-Si… pero ¿tu no querías darle una sorpresa?
-Si… pero nose…
Fuimos a desayunar y después de desayunar cogimos las maletas y nos dirigimos a la recepción donde pagamos y salimos a la calle a coger un taxi que nos llevaría a la oficina donde se alquilan las casas.
Una vez allí miramos muchas casas y al final nos dieron una, nos dieron tres pares de llaves, uno de Ana, otro mío y otro por si se pierden algunas.
Volvimos a coger un taxi que nos llevaría a la casa que habíamos alquilado. Estaba en una urbanización muy grande y privada.
Cuando llegamos abrimos la puerta y metimos todas las maletas.
La casa era bastante grande, tenía 3 pisos.
En el primer piso estaba el salón, el comedor y la cocina. El salón era muy grande al igual que la cocina. En el segundo piso estaban las habitaciones. Había 6, era curioso porque Ana iba a dormir en una habitación, yo en otra… pero sobraban cuatro. No sabíamos qué hacer con esas cuatro habitaciones asique las dejamos como estaban. En ese piso también estaba el baño que no era pequeño. En el piso de arriba había como un desván… un poco antiguo la verdad. Y luego había un garaje, que como nosotras no teníamos coche no lo íbamos a usar.

Esa casa me encantaba, era enorme… cuando bajamos a ver el garaje vimos a un perro, Ana no se lo quería quedar pero yo la convencí porque el perro me daba mucha pena.

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