Era un marco con una foto de toda su familia, abuelos, tíos, primos, su hermana, sus padres, todos.
-Me encanta, muchas gracias- dijo dándoles un beso y un abrazo.
-Me alegro de que te encante.
-Bueno mamá, papá, nos tenemos que ir.
-¿Ya? ¿Tan pronto?- preguntó su madre preocupada.
-Sí, lo siento.
-Bueno vale, pasároslo muy bien.
-¡Gracias!- dijimos todos a la vez
Nos fuimos despidiendo uno a uno de sus padres. Son encantadores. Son unos perfectos nueros.
-Ha sido un placer conocerte Alice, a ver cuando nos volvemos a ver- dijo su madre dándome un abrazo.
-Pues cuando usted quiera.
-Vale, ya te llamare ¿vale?
-Vale. Encantada.
-Igualmente.
-Hasta la próxima, Señor Poynter.
-Adiós Alice, encantado.
-Igualmente- dije dándole la mano.
Nos fuimos, sus padres salieron a despedirse de nosotros hasta los coches. Eso es lo que hacían mis abuelos siempre en Madrid.
-Dougie recuerda, cuando lleguéis llámame.
-Sí mamá.
Eso también lo hacía mi abuela. Siempre que salíamos de “viaje” cuando llegábamos a casa la teníamos que llamar y así se quedaba tranquila de que habíamos llegado bien y sin problemas.
-Bueno, ¿Ahora donde vamos?- pregunto Dougie.
-¡Ahhh! jajaja
-¬¬
Hubo un rato de silencio en nuestro coche. En el que íbamos Danny, Dougie y yo.
-Bueno, ya hemos llegado- dijo Danny saliendo del coche.
Bajamos del coche y fuimos dentro.
Si, era una fiesta. Era en un local cerca de casa. Había mucha gente conocida. Fue genial, bebimos, bailamos, de todo. Estuvimos en la fiesta hasta las 7 de la mañana más o menos.
Cuando llegamos a casa nos fuimos directos todos a la cama.
Cuando me desperté eran las 6 de la tarde, y todos estaban despiertos.
-Buenas tardes bella durmiente- dijo Dougie dándome un beso.
-Pero, ¿Qué hora es?
-Las 6 jajajajja.
-Joder… Jajaja.
-¿Quieres tomar algo?
-No gracias, no tengo nada de hambre.
-Okeeeey!
-¿Te lo pasaste bien ayer?
-Si, estubo genial la fiesta.
-¿Y lo de tus padres? ¿te gusto?
-No, no me gusto, me encanto.
-¿De veras?
-Si.
-Me alegro jaja.
-Jajaja. No me lo esperaba para nada.
-Mejor jaja. Así tenía más emoción.
-Pues si, jaja la tubo.
-¿Dónde están los demás?
-Han salido a dar una vuelta.
-¿Y por qué no has ido?
-Porque no me apetecía.
Me empezó a besar efusivamente, me quito la camiseta.
-Espera Doug, aquí no.
Subimos a la habitación, nos seguimos besando, cada vez con más ganas, como la primera vez que lo hicimos los dos juntos.
Le fui quitando los pantalones mientras que me besaba el cuello, luego los labios. Nos quedamos en ropa interior. Poco a poco me fue quitando el sujetador. Me pasó las manos por los pechos, luego me los besó. Nos quedamos los dos sin nada de ropa. Y en un momento me hizo suya. Él, estaba dentro de mí, y me gustaba sentirle tan cerca. Arriba y abajo, lentamente, con amor.
-¿Te gusta?
-Me encanta.
Paramos, nos abrazamos, nos miramos a los ojos y nos reímos. Me gusta sentirme así, pensar que puedo confiar en él sin que se ría de lo que lo cuento aunque sea lo más vergonzoso del mundo, el me entiende y me ayuda.
-Te quiero.
-Yo más.
-Sabes que no.
-Sabes que si.
-¿Los dos igual?
-Si jaja, porque si no, nos podemos tirar así todo el día.
