-Bueno vamos a casa y hablamos sobre el tema ¿vale?- sugirió Michele.
-Vale- dijo Dougie.
Cuando llegamos a casa entramos y nos sentamos en el sofá.
-Toma- dijo Laura ofreciéndole a Doug un regalo bastante grande- es de parte de las cuatro.
-Me encanta, es precioso- dijo abrazándonos a las cuatro.
-¿Te gusta?- pregunto Gio.
-¡¿Qué si me gusta?!, vamos a ver, ¡Me encanta! Jaja- dijo efusivamente- lo usare en el próximo concierto, y en el siguiente, y en el siguiente, en todos.
-Me alegro de que te guste- dije dándole un beso.
Si, era un bajo como los suyos, con luces. Pero no era ni azul, ni rojo, ni verde. Ni de ningún color que ya tuviera. Era un poco raro, era con una foto de todos nosotros en grande.
-Bueno Jajaja, el nuestro no es nada comparado con el de ellas- dijo Tom dándole un caja cuadrada de tamaño normal.
Al verlo, al abrirlo Dougie se emociono. Era la primera vez que le veía llorar, pero la primera vez que le veía llorar de alegría.
-Me encanta- dijo dándoles un abrazo.
-¿De verdad?
-VAMOS A VER, ¿ESTAMOS TONTOS? PUES CLAROO JAJA.
-Pues nos alegramos que te guste- dijo Danny dándole otro abrazo.
Era una especie de “álbum” de fotos muy grande. En el salían fotos de cuando era pequeño, y como fue creciendo. También salían fotos de conciertos y de nosotros. De él y mías. De él y todos nosotros. Realmente era precioso.
-Es precioso, de verdad.
*Comenzó a pasar las páginas, lo vio, menuda sonrisa, ¿verdad? Y pensar que eso era de cuando él era pequeño y no valorabas la vida. Pero en cambio, la vivías cada segundo como si fuera el único. Cuando ponerte el “babi” a modo de capa te hacia soñar y subido en cualquier escalón, deseabas con todas tus fuerzas poder volar como superman. Y quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida. Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado. Cuando ser feliz consistía en portarte bien y que te regalaran un helado por ello. Cuando no había preocupaciones, cuando sonreías constantemente. Cuando hacías amigos en cualquier sitio, cualquier momento. Y pensar, que eso paso hace pocos años… *- pensé.
-Bueno sé que esto no es nada comparado con lo que me regalaste por mi cumpleaños, pero toma-dije dándole una cajita pequeña.
-¿Eres tonta? ME ENCANTA, al igual que tú- dijo dándome un beso.
Era una púa de metal en la que ponía:
“Alice & Dougie”
-La usaré en todos los conciertos.